Dr. Luis Felipe Moro Morey
  La inteligencia emocional
 

 

¿Que es la inteligencia emocional?


La inteligencia emocional es el uso inteligente de las emociones. De forma totalmente intencional hacemos que nuestras emociones trabajen para nosotros. Supongamos que tenemos que realizar una presentación en el trabajo, y nuestra percepción de nosotros mismos nos indica que nos sentimos muy ansiosos. Entonces la inteligencia emocional nos hace emprender una serie de acciones: se puede tomar las riendas de cualquier pensamiento destructivo, hacer ejercicios de relajación y abandonar conductas contraproducentes.
La inteligencia emocional se puede usar de forma intrapersonal ayudándonos a nosotros mismos o intrapersonal (ayudando a los demás).
Como primer paso es necesario desarrollar la autoconciencia. Observar como actuamos. Ser conciente cuando se está elevando el tono de voz, etc.
Luego se trabaja en el control de las emociones. Controlarlas no significa suprimirlas. Las emociones pueden aportar información valiosa. Significa comprenderlas y luego utilizar esta comprensión para transformar las situaciones en nuestro beneficio.
Es importante tener siempre en cuenta que son nuestros propios pensamientos, cambios corporales y comportamientos los que desencadenan nuestras respuestas emocionales y no los actos de otra persona o los acontencimientos exteriores, en modo similar a lo que postula la Programación Neurolinguística, "el mapa no es el territorio".
Nuestros pensamientos automáticos son peligrosos. Tienen varias cosas en común: tienden a ser irracionales, tendemos a darles crédito, suelen desencadenar otros pensamientos automáticos y pueden conducir a un razonamiento distorsionado.

Los consejos para evitar los pensamientos automáticos son los siguientes:
1. No generalizar: "Siempre hace esto", "Nunca me escucha" Decir mas bien "a veces" Al generalizar se da por sentado que el tema no tiene solución ni la tendrá nunca.
2. Evitar las calificaciones negativas: "Es un idiota" Encasillar a la gente de este modo nos inducimos a creer que la situación no tiene remedio.
3. Evitar querer leerles el pensamiento a los demás: A menudo no sabemos lo que motiva el comportamiento de los demás. En vez de pensar hipótesis y generarnos ansiedad lo mejor es preguntar "Por qué te comportas así? ¿Por qué dijiste esto?



 
   
 
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